La sucesión de proyectos de la arquitecta Carme Pinós va desvelando el constante deseo de experimentación que teje su discurso arquitectónico. Obra tras obra o más bien historia tras historia, se muestra la especial relación que se establece entre sus proyectos y el suelo y que se detecta, principalmente, en el grafiado de las plantas de situación. En ellas se aprecia cómo las trazas del lugar, las curvas de nivel o las marcas del territorio, se van incorporando a sus dibujos en "una arquitectura que aspira a convertirse en geografía" como la describe Rafael Moneo.