Esta obra representa la primera y más importante aportación a la literatura de Clara Reeve, una de las precursoras del género gótico en la novela inglesa e indudable influencia para posteriores autores góticos, sobre todo Ann Radcliffe, que alcanzaron la fama que a Reeve le faltó en vida. El relato narra la historia de un joven campesino que, gracias a una serie de acontecimientos, algunos de naturaleza sobrenatural, descubre que es heredero de una casa noble.