Cuando el 3 de mayo de 2012, un amplio y relevante jurado decidió otorgar a Ernesto Cardenal el XXI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, se estaba haciendo eco de la importancia que para la poesía escrita en español, especialmente del lado americano, ha tenido la propuesta cardenaliana, cuya poesía, que él ha calificado como exteriorista, ha sido definida por el propio autor como “poesía creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que vemos y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía”. La antología Hidrógeno enamorado, publicada por Patrimonio Nacional y Ediciones Universidad de Salamanca, tiene una extensa introducción y una bibliografía selecta preparada por la poeta y profesora Mª Ángeles Pérez López (Universidad de Salamanca). La selección, propuesta por el propio Cardenal, resulta una magnífica pauta en el conjunto de una obra extensa y en marcha, como la suya. Se incorporan dos epigramas manuscritos por el poeta. La portada es un retrato de Cardenal realizado por el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que se lo dedicó al poeta de su puño y letra.
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