¿Qué es lo que queda de la Guerra Civil española? Mucho, diríamos. Quedan palabras, recuerdos aún muy vivos, heridas profundas, preguntas sin respuesta y porqués que nunca tendrán una solución satisfactoria. Quedan fragmentos ´en movimiento´ de la vida durante una guerra e imágenes de sus consecuencias más trágicas, de las victorias y de las derrotas. Miles de metros de películas, rodadas por cineastas procedentes de todos los rincones, inundaron las salas cinematográficas para relatar al público lo que ocurría en España entre 1936 y 1939, originando un verdadero ´conflicto de imágenes´. Cada corresponsal llegaba a España con una motivación diferente; algunos querían filmar las empresas ´heroicas´ de las tropas franquistas para proponerlas como modelo de orden y disciplina y subrayar el concepto de guerra como necesidad; otros, en cambio, querían utilizar esas y otras imágenes para denunciar ante la opinión pública la brutalidad del conflicto. Pero, sin duda, en todos hay un denominador común: cada uno se sirve del cine como ´arma´ para defender y hacer propaganda de su visión de la guerra. Esas imágenes de actualidad cinematográfica representarán el arranque de la cultura audiovisual que predominará a lo largo de todo el siglo XX.
En este trabajo se ha reconstruido el papel desempeñado por los noticiarios franceses, españoles e italianos en la interpretación de la Guerra Civil, destacando el valor que la prensa filmada llega a tener en los años treinta, una época en la cual el cine de información es una ´especificidad del período analizado´. Si, por un lado, el cine es un importante instrumento de documentación capaz de transformar hombres y hechos en imágenes, por otro es, en tiempo de guerra, el ámbito idóneo para experimentar la fuerza propagandística que se alcanza con la manipulación de todo tipo de contenido audiovisual.