Los poemas incluidos en "Huesos de jilguero" nos permiten tener una reconstrucción arqueológica de la vida de Frame a través de una subjetividad siempre cambiante que obliga a cuestionar y subvertir cualquier noción de identidad fija y determinada. La asimetría de su mirada y su creación de metáforas inusuales reivindican el poder de la escritura para redimir el valor de la frágil existencia humana, pero también para cuestionar la capacidad real del lenguaje para comunicar.