Concluye en este quinto tomo la saga de Leodegundo. Para conmemorar ocasión tan especial se incluyen veinte páginas coloreadas en el episodio que narra el holocausto de sus protagonistas.
En palabras de su autor, Gaspar Meana: "Y si hubiera de concretar lo que creo haber logrado diría que la vindicación de la dinastía pelágida; también está la demostración de que Ramiro I es la encarnación del ya no tan legendario Bernaldo del Carpio o la probanza de que Santa María del Naranco fue concebida como Palacio de Justicia del Cordero para luego servir de Cielo a la madre de un rey que solo a base de sangre consiguió convencer a sus súbditos de su legitimidad. Pero de corazón renunciaría gustoso a todo ello si a cambio hubiera conseguido un canto de fraternidad inquebrantable entre los pueblos de la Península Ibérica y de sus islas, un canto capaz de superar el odio y la cizaña que las egoístas élites políticas y locales siembran entre hermanos. Acaso el recuerdo aquí reverdecido de que la desunión y la insolaridad atrajeron en el pasado sobre esta familia mal avenida las mayores desgracias lleve a la reflexión".
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