La diferenciación entre las causas de justificación y el resto de supuestos de exención de la responsabilidad penal continúa siendo una cuestión de importancia capital. Pese al evidente auge del cuestionamiento del papel de la dogmática, se sigue reconociendo que existen supuestos de realización de conductas típicas a los que el Ordenamiento otorga permisos fuertes. En definitiva, otorga el derecho a la realización de tales conductas. Y ello comporta características diferentes de las que poseen otros supuestos de exención: es decir, las llevadas a cabo amparadas en un ?permiso débil? frente a las que cabe interponer, si es el caso, instrumentos jurídicos. Las normas no son expresiones de imperativos caprichosos del legislador, sino que forman, o, al menos, deben formar, un sistema al servicio de los ciudadanos y de sus garantías.
