HERNÁNDEZ BORGE, JULIO;GONZÁLEZ LOPO, DOMINGO L.
Los movimientos migratorios no constituyen siimplemente una transferencia de población de unos lugares a otros, aunque este sea uno de sus efectos más perceptibles. Toda migración es, en efecto, selectiva y esa selcción afecta al sexo, a la edad, al nivel educativo, a la cualificación profesional o al lugar de residencia, rural o urbano, de las personas. Por este motivo las consecuencias que ocasionan los desplazamientos de población en las áreas de salida son muy numerosas y afectan a distintos ámbitos de la vida social y económica. Con las personas se desplazan también rasgos culturales característicos de las sociedades de las que parten (lenga hablada, creencias, religión, modos de vida, costumbres), que pueden aproximarse o ser muy diferentes de los que encuentran los migrantes en los lugares de destino. Y, aunque esto ha ocurrido siempre, e el mundo cada vez más globalizado en que vivimos, en el que los medios de transporte y comunicación permiten una movilidad mayor y más rápida que en épocas pasadas, las migraciones provocan que en muchos países se formen sociedades en las que hay una coexistencia de personas procedentes de contextos culturales muy diferentes.