Con absoluta seguridad, el Holocausto judío es el episodio más bochornoso de la historia europea -y, por descontado, alemana- de todo el siglo XX. Las historias que encontramos en los libros sobre el Holocausto son poco menos que espeluznantes.
#Libros sobre el #Holocausto #books #Unebook Clic para tuitearEn 1.938 el gobierno de Adolf Hitler, que ya había empezado a limitar los derechos de la población judía en Alemania, da vía libre en Austria para comenzar a deportar a la comunidad judía de su territorio.
Y entonces, entre el 9 y el 10 de noviembre de ese año, tiene lugar la llamada Noche de los cristales rotos.
Más de 100 muertos, 1.000 sinagogas quemadas y cerca de 30.000 judíos capturados y deportados a los campos de concentración de Buchenwald, Dachau y Sachsenhausen. Esa noche fue el principio de todo.
A partir de ese momento, la violencia y la deshumanización (si cabe) fueron escalando hasta llegar a la llamada Solución Final, que se materializó en el siniestro y automatizado Holocausto. El Tercer Reich puso en marcha lo nunca visto: un mecanismo absolutamente industrial y meditado para el exterminio de millones de judíos e “impuros”. Se planificó todo con un macabro detalle al servicio de dicho propósito. Una locura.
En 1.945, al término del conflicto, se libera el primer campo de concentración: Bergen-Belsen.
Lo que contaron los soldados británicos que entraron allí no tiene desperdicio. “Era un lugar lleno de esqueletos andantes, con cadáveres apilados por cientos en el suelo”. Muchos soldados no podían soportarlo y se desmayaban o entraban en crisis nerviosas. No podían comprender lo que veían.
Aquel fue el primer paso en el camino hacia el conocimiento de la verdad de lo sucedido. Desde ese día, se empezaron a liberar el resto de campos para, poco a poco, ir conociendo la dramática dimensión de los hechos. No hace falta decir que, desde que se empieza a tener conciencia de lo ocurrido, todo Occidente se siente incómodo frente a uno de los acontecimientos más terribles de la historia de la humanidad.
Te interesa: libros sobre la Segunda Guerra Mundial
Los libros sobre el Holocausto que os traemos a continuación tienen el propósito de tratar de conocer y comprender -si eso es posible- las motivaciones, los detalles, los nombres de los protagonistas y, sobre todo, las herramientas para que algo así no vuelva a suceder.
Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie, Theodor Adorno
Los mejores libros sobre el Holocausto
La primera pregunta que nos hacemos es cómo pudo suceder eso.
El partido nazi alcanzó el poder democráticamente, y consiguió el suficiente apoyo -por medio de su eficiente propaganda– como para que la sociedad alemana no se sientiese demasiado escandalizada cuando comenzaron con su política de violencia antisemita. La sociedad lo comprendió como un mal necesario en aquel contexto.
El sociólogo y profesor de UCLA Michael Mann, en su importante obra El lado oscuro de la democracia (Universitat de València), estudia los casos de genocidios en la Alemania nazi, en Ruanda, Armenia, Yugoslavia, Indonesia y el de los Jemeres Rojos de Pol Pot en Camboya -de cuya limpieza étnica se extrajo la impactante imagen de cubierta-.
Esta obra trata de sistematizar los patrones comunes de esos terroríficos episodios e intenta ofrecer “recetas” democráticas para desactivar dichos procesos antes de que no haya vuelta atrás.
El origen de la palabra “genocidio”
Es llamativo por ejemplo el caso de Pol Pot, quien, después de abandonar el sangriento gobierno de los Jemeres Rojos, pudo pasar el resto de su existencia “en paz”. Y es que, como señaló el filólogo, filósofo y jurista polaco Raphaël Lemkin (1.900 – 1.959) hasta 1.943 todavía no existía la palabra para nombrar esos horrendos asesinatos en masa. Consecuentemente, tampoco existía el marco jurídico para condenarlos. De hecho fue el propio Lemkin quien empleó por primera vez el término genocidio con el sentido que conocemos hoy en día.
Lemkin quedó impactado en su juventud de que no existiera la manera de condenar el genocidio armenio; pero en aquel entonces el principio de la soberanía nacional regía por encima de los derechos humanos -que todavía no estaban declarados-. Así que Lemkin abandonó su carrera como filólogo y comenzó su trabajo como jurista, siendo interrumpido en 1.939 por el ascenso del Tercer Reich.
La editorial del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales ha publicado en un solo volumen la recopilación de escritos de Lemkin titulada Genocidio (cómo no), con una edición a cargo de Antonio Elorza. Es una estupenda oportunidad para revisar las ideas, las argumentaciones y las propuestas de este gran humanista del siglo XX, que no está demasiado renocido.
¿Por qué hubo un Holocausto judío?
En sus primeros textos de 1.919, Adolf Hitler ya daba a entender que había una “cuestión judía” que resolver. No hay duda por tanto que el antisemitismo se encuentra en la semilla más profunda del nacionalsocialismo alemán.
Como dice el filósofo Giorgio Agamben, y cita Florencio Jiménez en El holocausto nazi (Editorial UOC), lo que sucedió durante el régimen nazi parece superar nuestra capacidad de comprensión. De forma que, si logramos sacudirnos el estupor, lo más que podemos hacer es «un comentario perpetuo sobre el testimonio».
No hay forma posible, por tanto, de dar una respuesta simple al Holocausto. Pero podemos tratar de aproximarnos a los hechos a través de las obras de Florencio Jiménez El holocausto nazi (Editorial UOC) y la versión doble que incluye también Los juicios de Nuremberg (Editorial UOC).
Según se indica en el índice del El holocausto nazi, el libro promete explicar convenientemente las siguientes cuestiones:
- De dónde proviene el antisemitismo.
- Cómo era Hitler y cómo pudo llegar al poder.
- Cómo manipularon los nazis algunas teorías «científicas».
- Por qué los nazis querían exterminar a los judíos.
- Cómo se comporta un ser humano en una situación límite como es un campo de concentración.
- Qué papel tuvieron los ciudadanos alemanes durante el dominio nazi.
- Cuáles son las principales explicaciones que se han propuesto sobre el genocidio.
Como decimos, estos dos libros son dos puertas de acceso fiables (concisas y documentadas) al conocimiento de esta tragedia.
Las razones del mal
Por su parte, el ilustre profesor de la Northwestern University Peter Hayes tiene publicada la versión en español de Las razones del mal. ¿Qué fue realmente el Holocausto?, una obra de madurez que resume todo el conocimiento que atesora sobre el tema después de toda una vida de investigación sobre este periodo histórico.
En contra de lo que afirmaba Agamben, Peter Hayes asegura que el Holocausto sí que puede llegar a ser comprensible y que existe la manera de entender por qué sucedió lo que sucedió. Este nuevo libro es la respuesta.
Hay muchos mitos sobre el tema que Hayes tira abajo en este libro. Y detalla por qué es responsabilidad de todos tratar de comprender la Shoah -el término hebreo que hace referencia al Holocausto-. Quizá algunas de sus conclusiones no sean excesivamente populares (sobre todo las que cuestionan la resistencia judía y al jucio de los culpables), sin embargo, su profundo conocimiento del tema, su claridad expositiva y la calidad de sus argumentos haránn de esta obra un texto de referencia.
Los responsables del Holocausto
Si hay un autor actual que conoce a fondo a Adolf Hitler, ese es el británico Ian Kershaw. Biógrafo acreditado de Hitler, Kershaw es el creador de varias monumentales biografías del dictador nazi, y uno de los más reputados historiadores del siglo XX –Hobsbawm mediante-.
En su obra Descenso a los infiernos Ian Kershaw hace un repaso amplio sobre las motivaciones (lejanas e inmediatas) del genocidio judío. Es como llaman los historiadores, una historia breve de Europa (desde la IGM a la caída del muro de Berlín).
De entre todos los libros sobre el Holocausto que existen, este es de los pocos que afirma que, a diferencia de la Primera Guerra Mundial, “el genocidio constituyó la razón de ser misma” del conflicto de 1939-1945. Según Kershaw, lo que sucedió en la Segunda Guerra Mundial fue “un ataque contra la humanidad sin precedentes en la historia”.
Por su parte, el historiador de la BBC Laurence Rees matiza la afirmación de Kershaw y opina que el antisemitismo de Hitler fue fruto de una evolución ideológica personal, así como de una posición estratégica una vez que Hitler llegó al poder.
Sea como fuere, Rees es autor de dos obras monumentales El Holocausto y Auschwitz, ambos, trabajos de referencia en el estudio de este periodo. «Mi trabajo entra en la vida de la gente para deprimirla», decía el autor en una entrevista, consciente de que su labor como narrador de las vilezas nazis no supone una labor excesivamente estimulante.
Aunque sí muy necesaria.
Por último, y con una aproximación un tanto más militante -dadas sus controvertidas teorías sobre el antisemitismo global-, el autor Daniel Jonah Goldhagen, en su libro La Iglesia Católica y el Holocausto, señala a la Iglesia Católica como testigo mudo del Holocausto, y subraya su responsabilidad frente al desastre judío. En un tema tan sensible y controvertido como este existen bastantes puntos ciegos en los argumentos de una y otra parte, como otros autores se empeñan en afirmar.
En cualquier caso, la obra de Goldhagen es un texto de calidad para comprender la dimensión de las posiciones “neutrales” en un universo tan polarizado como fue la Segunda Guerra Mundial.
Lean y juzguen ustedes.
El mundo cultural y el Holocausto
Es igualmente apasionante comprobar cuál era el relato general sobre el Holocausto mientras estaba pasando.
Por descontado no existía ni la centésima parte de información con la que contamos actualmente. Pero hay algunos libros sobre el Holocausto que tratan de desvelar el papel del relato y de la comunicación durante ese periodo.
Es el caso de la especialista en estudios norteamericanos Alicia Ors Ausín, cuya obra La prensa norteamericana ante el Holocausto: ¿testigo o cómplice? (Universidad de Alcalá) indaga en la parte de responsabilidad que pudieron tener los medios de este país al haber reaccionado tarde frente al testimonio del horror.
Por otra parte, la obra colectiva Holocausto y bienes culturales (Universidad de Huelva) analiza en profundidad los casos más relevantes y significativos de “robos culturales” perpetrados por los nazis. El mundo del arte era conocedor de lo que estaba sucediendo, pero en muchos casos tuvieron que acudir a los abogados años después para restituir las obras de arte a sus propietarios originales.
El libro analiza el famoso caso de Lilly Cassirer, el cuadro de Camile Pisarro, el gobierno de España y la Fundación Thyssen, que finalmente ganó en agosto del 2020 esta última institución.
Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia’, de Camille Pissarro (1897),
Ha habido mucha bibliografía y también mucha mitología sobre la supuesta “dimensión cultural” atesorada por los líderes nazis. Sin embargo, esta obra ayuda en la comprensión de que la apropiación de bienes culturales no era una cuestión estética, sino más bien una cuestión rudimentariamente económica.
Las Memorias del arquitecto de Hitler, Albert Speer, revelan con claridad testimonial que detrás del interés artístico solo existían la vileza y el delirio.
Los testimonios del Holocausto
La literatura testimonial sobre el Holocausto, los campos de concentración, los guetos, las torturas y el exilio judío es vastísima.
Anna Frank, Vasili Grossman, Victor Frankl, Wladyslaw Spilzman, Edith Hahn Beer, Leon Leyson, Livia Bitton-Jackson, Marion Blumenthal Lazan, Aranka Siegal, Wendy Holden, Diane Ackerman, Daniel Mendelsohn, Chil Rajchman… son solo un puñado de nombres a través de cuyos testimonios se ha podido conocer el horror que se llevaba a cabo dentro de los campos de concentración.
Queremos detenernos, no obstante, en el testimonio de Primo Levi, químico italiano que fue capturado por los nazis mientras pertenecía a la resistencia del norte de Italia.
Levi fue deportado a Auschwitz y sobrevivió allí hasta 1945, momento en el que el campo fue liberado y pudo, con no pocos azares, regresar a Turín, lugar donde compuso su valiosa Trilogía de Auschwitz.
Es esta una obra de gran contenido literario y de una altísima estatura testimonial. Es una trilogía incómoda, muy analítica y con episodios tremendamente conmovedores.
Igual de terrible es el testimonio de Annete Cabelli, una superviviente de Auschwitz y otros dos campos de concentración, cuyo testimonio completo se encuentra recogido en el libro Auschwitz en primera persona. Una aventura periodística (Universidad de Navarra, EUNSA). En esta obra colectiva, Cabelli narra cómo los nazis mandaban a los niños a los hornos nada más entrar en los campos, cómo asesinaron a su madre nada más llegar a Auschwitz, reclusos comidos por las ratas…
Todo, con el fin de que la memoria del horror perdure y no se olvide.
Ese es el objetivo principal de toda la literatura sobre el Holocausto: la memoria. Usar la memoria para que no vuelva a suceder nada así. Con una aproximación analítica, el profesor Alejandro Baer Mieses reflexiona en El testimonio audiovisual. Imagen y memoria del Holocausto (CIS) sobre aquellos profesionales que están dedicando su esfuerzo a preservar la memoria de los testigos y supervivientes.
Es muy revelador comprender cómo los reportajes, documentales y libros sobre el Holocausto nos solo cambian la perspectiva de los lectores. Sino mucho más la de sus autores.
Libros sobre el Holocausto que lo cuestionan
Para terminar este post de libros sobre el Holocausto, queremos mencionar un controvertido punto de vista que, de una u otra forma, ha cobrado notoriedad durante la última década y media.
Se trata de la de aquellos intelectuales que opinan que buena parte del relato actual del Holocausto, independientemente de los hechos que sucedieron, es fruto de una construcción cultural contemporánea impulsada tras la guerra árabe-israelí de 1967. Una de las obras principales en este sentido es La industria del Holocausto, de Norman Finkelstein, un libro que ha levantado polémica en todos los países en los que se ha publicado, y que ha hecho a su autor objeto de numerosas represalias (retirarle su plaza académica, acusaciones de antisemitismo, enfrentamientos personales, etc.).
Muy lejos de los absurdos postulados negacionistas de Robert Faurisson o David Irving -ya aclarados no solo por Deborah Lipstadt sino hasta por un juez-, la tesis central de Finkelstein afirma lo siguiente: tras la guerra árabe-israelí, Israel consigue un status de privilegio estratégico con EE.UU., y son precisamente los líderes de la comunidad judía norteamericana quienes, por un lado, explotan el Holocausto con el fin de afianzar su privilegio y, por otro, con el fin de inmunizar la política de Israel contra toda crítica. Una perspectiva desde luego que no sentó nada bien dentro de esa comunidad.
Otros pensadores como Slavoj Zizek o Zigmunt Bauman han tratado de matizar esas posturas críticas, aunque desde una aproximación menos controvertida y beligerante.
En realidad, y como estudia Peter Novick en su obra Judíos: ¿vergüenza o victimismo?, la lectura que se ha ido haciendo sobre el dramático Holocausto no ha sido ni mucho menos homogénea.
De alguna forma, Novick sigue la línea que ya trazó el ilustre sociólogo Jeffrey C. Alexander en su artículo The ‘Holocaust’ from War Crime to Trauma Drama [European Journal of Social Theory 5 (1): 5-85] acerca de cómo poco a poco hemos ido construyendo un relato sobre el Holocausto que, bajo la perspectiva de una “moral universal”, termina identificando dicho episodio como el epítome del mal.
Y que esperemos que no se repita.