Antonio Laguna, autor del libro “Salud, sexo y electricidad. Los inicios de la publicidad de masas”, Premio Nacional de Edición Universitaria a la Mejor coedición universitaria, nos habla en esta entrevista de la obra premiada.
El jurado ha premiado esta obra, coeditada por las universidades de Castilla-La Mancha y Cantabria, “por abordar un campo poco explotado como es el de la eclosión de la publicidad de masas a principios del siglo XX”.
P. ¿Qué supone este reconocimiento?
R. Supone, sin duda, un estímulo tanto para seguir trabajando en el tema como también para seguir apostando por las editoriales universitarias como una de las mejores vías para dar a conocer los resultados.
P: ¿Qué otros aspectos podrían destacarse de la obra, además de los subrayados por el jurado?
R. Su actualidad, pues aunque se centra en la construcción de la publicidad de masas, el hilo conductor es el engaño que alimenta la pseudociencia, tan vigente hoy en día a través de las redes sociales.
P. ¿Cuál es la principal aportación de este libro a su ámbito de conocimiento?
R. El descubrimiento del primer producto que fue publicitado de forma universal, así como la demostración de los medios como conformadores de una cultura de masas que es decisiva en los comportamientos sociales de hoy en día.
P. ¿Qué impacto científico, cultural y social ha tenido la publicación de este trabajo?
R. El trabajo publicado era resultado de varios años investigando sobre el desarrollo de las estrategias persuasivas en los medios de comunicación. El libro culminaba una etapa y abría otras nuevas que se materializaron en forma de proyectos de investigación presentado en 2019 a la Agencia Estatal de Investigación, artículos monográficos publicados en diversas revistas especializadas, como Pensar la Publicidad o Dixit, o reseñas muy elogiosas como la elaborada por el catedrático de Historia de los Medios de la Universidad de Buenos Aires, Julio Moyano, para la revista OLAC (Observatorio Latinoamericano y Caribeño).
P. Tras la elaboración de toda obra siempre hay una intrahistoria que en ocasiones merece la pena difundir también. ¿Qué deberían conocer los lectores sobre la obra que ha sido premiada?
R. Quizá, lo que el lector no conoce por las limitaciones que impone todo libro es que, más allá de las 158 pp y las cerca de 30 ilustraciones que lo conforman, el texto inicial sobrepasaba las 400 páginas y los anuncios seleccionados para ilustrarlas los 1.000. De hecho, en torno a las palabras impotencia y virilidad se construye todo un universo publicitario, una cultura médica, unas reglas morales y un negocio de productos y remedios fraudulentos -desde los orígenes de la prensa hasta hoy, y desde España a Australia- que por momentos hacen el tema casi inabarcable. De hecho, uno de los proyectos que barajamos en estos momentos es una exposición con los principales productos que resistieron el paso de los años, de los controles y del crédito de los lectores.