Con motivo del confinamiento en España por la Crisis Sanitaria del COVID-19, nos estamos poniendo en contacto con los editores universitarios para preguntarles qué libros nos recomiendan para estos días.
Nos ha parecido que resultaría muy interesante descubrir las sugerencias de estos agentes culturales que ocupan un lugar estratégico entre la universidad y la sociedad.
Y que dedican sus conocimientos a publicar esos libros que quieren que comprendamos y repensemos cada día el mundo en el que vivimos.
Contactamos con Alberto Pedrero Esteban, director de Publicaciones de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Gracias, Alberto, por atendernos…
P. ¿Qué libro estás leyendo?
R. Estoy terminando un libro que llegó a mis manos hace unos meses y que he podido leer durante este periodo de Semana Santa: “Lo que mis alumnos me enseñaron”. Se trata de una serie de reflexiones sobre la enseñanza y la influencia que los docentes tenemos en el desarrollo de los alumnos: la ética y los valores que les transmitimos, cómo los motivamos y la libertad que les otorgamos para ayudarles a construir su propia felicidad. También otras cuestiones como el respeto hacia la figura del docente o la importancia de la educación más allá de la formación. Aunque la autora es maestra de primaria, muchas de las experiencias narradas son extrapolables al mundo de la universidad.
En paralelo estoy iniciando la lectura de “Lucky Jim”. Casualmente también relacionada con el mundo de la enseñanza, se trata en este caso de una sátira sobre la vida universitaria, las relaciones entre docentes y las consecuencias que la publicación de artículos en revistas científicas tienen sobre el futuro de los docentes.
P. ¿Qué libro de tu editorial recomendarías durante estos días?
R. Obviamente podrían ser muchos los libros a recomendar, pero quiero centrarme en dos:
“Certamen de relatos cortos”. En un momento en el que las personas mayores están padeciendo con mayor crudeza esta enfermedad, mi recomendación trata de ser un pequeño homenaje a este colectivo. Se trata de una serie de relatos elaborados por alumnos de la Universidad de la Experiencia: personas con más de 55 años y que asisten en la Universidad a actividades culturales que ayudan a convertir su tiempo libre en un tiempo de ocio y formación que les ayuda a potenciar su desarrollo personal, además de a mantener y enriquecer su participación en la sociedad. Las tres ediciones publicadas hasta ahora recogen los relatos premiados en 2017, 2018 y 2019. Muchas de estas narraciones se basan en vivencias personales que los autores se animan a poner por escrito y que, quién sabe, en futuras ediciones tal vez versen sobre situaciones que están viviendo durante este confinamiento.
El segundo libro es “El aula Magna de la Universidad Pontificia de Salamanca. Antiguo general de Teología del Colegio Real de la Compañía de Jesús”. Su contenido se presenta como una forma de acercarse y conocer los tesoros y la historia que encierra este singular espacio de la Universidad. El aula, obra de Andrés García de Quiñones, fue inaugurada el 12 de febrero de 1746 y estaba destinado a las disputas públicas y solemnes sobre Teología. El volumen está dedicado a la historia de la sala, su contexto en el que fuera Colegio Real de la Compañía de Jesús, la decoración pictórica y escultórica del aula y una breve referencia a sus relieves, obra de Alejandro Carnicero.
P. ¿Alguna cita de algún libro que quieras compartir para estos días?
R. “Que vayas a toda velocidad no significa que estés yendo en la dirección correcta”. Ryder Carroll (El método Bullet Journal, Planeta).
P. ¿Te gustaría compartir alguna reflexión personal sobre la situación que estamos viviendo?
R. Al hilo de la cita anterior, debemos ser conscientes del camino que seguimos en nuestros días. Ha bastado algo minúsculo como un virus, algo que ni siquiera somos capaces de ver, para parar el mundo de una forma que nunca nos habríamos imaginado. Debemos frenar y pararnos a pensar si nuestros valores y prioridades nos llevan en la dirección adecuada o si estamos dando importancia a cosas que aportan velocidad pero no significado a nuestras vidas.
Por otro lado me gustaría destacar el papel positivo que está teniendo la tecnología: no solo está posibilitando que en diversos sectores se pueda continuar trabajando sino que está permitiendo la comunicación de personas y familias, ayudando a sobrellevar de una forma mejor la soledad y el distanciamiento que muchos están sufriendo. Eso sí, es necesario seguir luchando para que la temida brecha digital no deje fuera a aquellos que no tienen acceso a ella, bien por motivos económicos o por falta de formación a la hora de utilizarla.