Con motivo del confinamiento en España por la Crisis Sanitaria del COVID-19, nos estamos poniendo en contacto con los editores universitarios para preguntarles qué libros nos recomiendan para estos días.
Nos ha parecido que resultaría muy interesante descubrir las sugerencias de estos agentes culturales que ocupan un lugar estratégico entre la universidad y la sociedad.
Y que dedican sus conocimientos a publicar esos libros que quieren que comprendamos y repensemos cada día el mundo en el que vivimos.
Contactamos con Francisco Fernández Beltrán, jefe del Servei de Comunicació i Publicacions de la Universitat Jaume I.
Gracias, Francisco, por atendernos…
P. ¿Qué libro estás leyendo?
R. Estoy leyendo varios al mismo tiempo, como suelo tener por costumbre.
Por un lado, estoy releyendo León de ojos verdes, de Manuel Vicent, que es una novela con tintes autobiográficos ambientada en el hotel Voramar de Benicàssim en el verano de 1953. Ahora que nos preparamos para vivir un estío diferente me parece una lectura muy sugerente y atractiva, que cuenta con el aliciente de la prosa mediterránea de Vicent, que es siempre un canto a la alegría cotidiana y a los placeres de la vida. Está llena de sensualidad, romanticismo y el recuerdo de una vida más tranquila, que en parte hemos recobrado estos días. Recomiendo leerla ahora o incluso hacerlo este verano en nuestra playa del Voramar, en la frontera de Benicàssim y Oropesa del Mar.
Al mismo tiempo, estoy disfrutando muchísimo con La noche de los tiempos, de Antonio Muñoz Molina, que es otro viaje al pasado, al inicio de la Guerra Civil Española, que mezcla una gran historia de amor con una narración única de la sociedad española de aquellos días en un texto que reúne ficción y realidad en un concierto de voces extraordinario.
Por último, he de referirme a Y Julia retó a los dioses, de nuestro profesor Santiago Posteguillo, al que sigo atentamente desde que le compré la primera edición de su Africanus, el hijo del cónsul, publicado por una pequeña editorial de Valencia.
Y, por supuesto, a Vista cansada, el poemario de Luis García Montero, que está siempre en mi mesita de noche como un pequeño bálsamo de optimismo.
P. ¿Qué libro de tu editorial recomendarías durante estos días?
R. Siguiendo con Manuel Vicent, acabamos de publicar Contra Paradís, que es una visión de la España de la postguerra a través de la mirada del escritor cuando era niño en La Vilavellla (Castellón), y que cuenta con el atractivo de estar ilustrado con dibujos de Andreu Alfaro y fotografías del hermano del escritor, el reputado fotógrafo Joan Antoni Vicent.
También creo que puede ser muy atractivo para el gran público Islas Columbretes, treinta años después. Nuevas contribuciones al conocimiento de su medio natural e historia humana. Se trata de un viaje ilustrado a un parque natural de gran atractivo y singularidad biológica, que está perfectamente descrito en esta obra.
Y para ahondar en los atributos turísticos de Castellón no puede faltar El arte rupestre en la provincia de Castellón. Historia, contexto y análisis. Se trata de una aproximación muy completa al arte rupestre, declarado Patrimonio de la Humanidad y que tiene en nuestra provincia uno de sus exponentes más destacados.
Por último, me gustaría reseñar para este momento dos novedades más de carácter académico, de gran interés: Herramientas software en educación secundaria y universidad, que incluye reflexiones y propuestas sobre el tránsito a la educación digital, muy pertinentes en la actualidad.
Y Administración, Estado del Bienestar y políticas socioeconómicas, que nos brinda una reflexión sobre las políticas públicas de bienestar, con un análisis de los modelos teóricos y empíricos de la gestión pública y de los escenarios de acción gubernamental en los ámbitos municipal, regional, nacional e internacional. Creo que en esta situación de pandemia son textos muy interesantes para ayudarnos a reflexionar sobre aspectos trascendentales de nuestra vida en común.
P. ¿Alguna cita de algún libro que quieras compartir para estos días?
R. En estos días aciagos me quedo con dos, una del gran filósofo latino Lucio Anneo Séneca: “No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”. Y la otra de nuestro querido Cervantes, que en boca de su Quijote ya nos enseñó que “el que lee mucho y anda mucho vee mucho y sabe mucho”.
P. ¿Te gustaría compartir alguna reflexión personal sobre la situación que estamos viviendo?
R. En primer lugar quisiera expresar mis condolencias por las víctimas y mi solidaridad con toda la sociedad, que, de un modo u otro, se ha visto afectada por la pandemia del Covid-19. Llevamos ya más de 50 días confinados, con miles de muertos y con un esfuerzo tremendo de todos los ciudadanos por superar una crisis que no conoce territorios ni condición de ningún tipo.
La lucha sigue y no hay que bajar la guardia. Llevamos mucho avanzado, pero queda todavía mucho camino por delante.
Creo que en el corto plazo es importante que veamos esta tragedia dentro de su dimensión histórica y que, frente a la gripe de 1918 o la peste medieval, seamos capaces de valorar lo mucho que hemos avanzado como sociedad y lo relativamente mejor que vamos a salir de esta crisis sanitaria respecto a otras.
Hemos demostrado un ejemplo de coraje colectivo increíble y debemos estar todos bien orgullosos de nuestro comportamiento ciudadano, desde los sanitarios, en primer lugar, a los trabajadores esenciales de tantos sectores, pero también de los universitarios, que han mantenido la actividad desde sus casas, de los niños, que se han quedado sin su colegio presencial y sin sus juegos de calle, o de las personas mayores, que han tenido que añadir mayor soledad a sus vidas.
Todos hemos hecho sacrificios enormes. Lo importante es que, en el medio y largo plazo, mantengamos viva esa solidaridad y esa entrega a los demás, esa generosidad colectiva y que asentemos todo lo que hemos aprendido durante esta gran tragedia. Es el mejor tributo que podemos hacer a las víctimas.