Con motivo del confinamiento en España por la Crisis Sanitaria del COVID-19, nos estamos poniendo en contacto con los editores universitarios para preguntarles qué libros nos recomiendan para estos días.
Nos ha parecido que resultaría muy interesante descubrir las sugerencias de estos agentes culturales que ocupan un lugar estratégico entre la universidad y la sociedad.
Y que dedican sus conocimientos a publicar esos libros que quieren que comprendamos y repensemos cada día el mundo en el que vivimos.
Contactamos con Isis Saz, directora académica de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria de la Universidad de Castilla-La Mancha, área de la que depende el Servicio de Publicaciones.
Gracias, Isis, por atendernos…
P. ¿Qué libro estás leyendo?
R. Estos días he estado releyendo el libro Ejercicios de ocupación. Afectos, vida y trabajo, un libro editado por Ixiar Rozas y Quim Pujol en 2015. Es una relación de textos en la que se expone la necesidad de recuperar el cuerpo e intentar reformular nuevas formas de hacer y vivir desde la práctica artística.
P. ¿Qué libro de tu editorial recomendarías durante estos días?
R. Recomendaría una de nuestras últimas publicaciones Emmy Hennings: La última alegría. Estamos inmersos en una revisión de la historia del arte, que se ha hecho más presente a comienzos del s. XXI y nos ha obligado a repensar muchas de las cosas que veníamos asumiendo sin habernos parado a reflexionar. Este libro da voz a una de las figuras más representativas del movimiento Dadá, de gran valor artístico e histórico.
P. ¿Alguna cita de algún libro que quieras compartir para estos días?
R. Al comienzo de la cuarentena, resonaban algunos de los micropoemas de Ajo Micropoetisa, éste creo que es el que elegiría de sus libros:
Esto supera la ficción,
debe ser la realidad.
P. ¿Te gustaría compartir alguna reflexión personal sobre la situación que estamos viviendo?
R. Desde el ámbito universitario creo que es fundamental seguir trabajando para conseguir que la información que llegue a la sociedad sea veraz y de calidad. También es vital que podamos ofrecer herramientas para generar un pensamiento crítico, y que se puedan aportar desde la investigación soluciones interdisciplinares que mejoren este contexto.