Que Nietzsche es uno de los grandes pensadores de la historia es un hecho. Pero, ¿conocemos a fondo los aspectos fundamentales de su filosofía?, ¿la esencia última de su ideario?
Estas preguntas parecen cobrar especial sentido si tenemos en cuenta que, a menudo, sus líneas de pensamiento, en especial, su noción de libertad -concepto especialmente complejo y controvertido- y su ideal de superhombre, han sido interpretadas de forma errónea, por ejemplo, nada más y nada menos que por los artífices del nazismo.
Te invitamos pues, a tratar de profundizar un poco más en el pensamiento de este autor, fundamental para comprender nuestra historia reciente y el mundo de hoy.
Los comienzos
En su etapa de juventud Nietzsche se fija en las tragedias griegas, las estudia con gran interés y extrae de ellas importantes conclusiones sobre la libertad del hombre, que van a perfilar la nueva concepción del mundo que desarrollará a lo largo de toda su obra.
Su primer libro y el más representativo de este periodo, El nacimiento de la tragedia, publicado en 1872, expone que las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides muestran con claridad el sinsentido del mundo y de nuestra existencia.
En estas tragedias clásicas no hay un juicio final, no hay un destino predeterminado que obedezca a unas razones morales o de ninguna otra índole, y apunta, sólo el ser humano puede dotar a la vida de significado.
Para él, el mundo es una batalla de fuerzas, y no sólo los fenómenos naturales, sino también la acción humana, tienen efecto en el devenir de los acontecimientos. El hombre puede incidir, puede oponerse, y en la medida en que elija luchar contra su suerte, será libre.

La libertad y la crítica a la moral europea
En los siglos XVII y XVIII el progreso de las ciencias exactas llega a su punto álgido con la teoría de la gravedad de Newton, con la cuál se completa toda una visión mecanicista y determinista del mundo, que venía desarrollándose desde Galileo Y Kepler.
Según estos planteamientos, el mundo es un entramado de relaciones causa-efecto, y todo fenómeno puede explicarse a través de fórmulas matemáticas, lo cuál no deja cabida a ningún elemento azaroso.
En contraposición a este determinismo, Kant propone una solución metafísica y teológica que supone en parte un regreso a la visión platónica y teológico-cristiana: en el ser humano como en el resto de cosas, coexisten una naturaleza material y empírica y un alma espiritual, y aquí la libertad si que encuentra su espacio.
Como se extrae de Crítica de la razón pura, Kant aboga por el valor de atreverse a conocer por cuenta propia, de ampliar el ámbito de la libertad y de construir una sociedad más justa desde la autonomía y la responsabilidad individuales. Pero para tomar las riendas del conocimiento, ¿no habría que comenzar por cuestionar también esos valores impuestos desde la moral eclesiástica?

En este sentido, la visión de Kant influye en Nietzsche, pero, si bien entiende este que supone una ruptura con ese mecanicismo científico del que él reniega, tampoco converge completamente con sus teorías.
Precisamente analizando a Kant y a otros filósofos clásicos, observa que los valores morales sobre los que se sustenta la civilización europea se conciben como absolutos e inmutables por sacros, y que los conceptos de el bien y el mal se entienden como una especie de fuerzas sobrenaturales.
Sin embargo, según él, estos valores deberían estar al servicio del progreso y el crecimiento humano y no empequeñecer y castrar al hombre como había venido ocurriendo.

La teoría de la evolución de Darwin contribuirá especialmente a liberar al ser humano del sobrenaturalismo teológico y metafísico para insertarlo en el devenir natural del mundo, del que es parte constitutiva.
Ambos, Nietzsche y Darwin confluyen además en la convicción de que el mecanismo que rige la dinámica de la vida es la lucha por la existencia.
Podríamos decir que con Humano, demasiado humano comienza la etapa vitalista de Nietzsche, en la que incide especialmente en el análisis de la moral europea, y que también aportará títulos como Aurora y La gaya ciencia.


Así habló Zaratustra
Considerado el libro central de su obra y uno de los de mayor calidad literaria en lengua alemana, Así habló Zaratustra presenta los conceptos más representativos de su aportación filosófica y quintaesencia de su mensaje: el superhombre, la muerte de Dios, la voluntad de poder, y el eterno retorno.
Conceptos estrechamente vinculados entre sí, pues el ser humano logrará transformarse en el Übermensch o superhombre cuando logre vivir sin miedo, bajo sus propios valores -y no los de Dios- y, por consiguiente, amar la vida, para así desear el eterno retorno, el devenir cíclico de los acontecimientos históricos al que la humanidad está abocada.

Su filosofía última
En esta etapa sigue subyaciendo el análisis y la crítica de la civilización europea. El contrato social planteado en la Ilustración por Hobs, Lock y Rousseau la estructuran, y según Nietzsche, este consenso es fundamental para convivencia social.

Sin embargo, ¿Qué papel desempeña la culpa?, ¿Qué función cumple a la hora de configurar al hombre civilizado? Analizando el papel fundamental de esta en el orden legal y moral, se anticipa y construye los pilares del posterior psicoanálisis de Freud.
La obra central de este es Tótem y tabú, que establece una analogía entre el desarrollo de las sociedades primitivas y el desarrollo individual del psiquismo humano.

Según Nietzsche existen dos morales enfrentadas que han marcado el curso de la historia: la moral ascética, de los esclavos, que ensalza la humildad, el desprecio por el individualismo y la abnegación y la vitalista o de los señores, que aboga por la fuerza, la libertad y el placer.

En el hombre también existen dos pulsiones enfrentadas: la que le impulsa a elevarse, a distinguirse a crecer y desarrollar su individualidad y la que lo conduce a fusionarse con la masa, haciéndole permanecer en la inconsciencia de la animalidad. A estos impulsos ya los denominaba en su primera etapa apolíneo y dionisiaco.

El hombre necesita potenciar la lucha, la elección, la disciplina y la responsabilidad para poder neutralizar ese otro impulso de permanecer en el rebaño.
Algunas de las obras más destacadas de esta etapa son: La genealogía de la moral, Más allá del bien y del mal y Crepúsculo de los ídolos.

Con el propósito de facilitar la comprensión de esta obra clave del autor a los estudiantes que preparan las P.A.U., Estudio sobre «Crepúsculo de los ídolos» de F. Nietzsche, editado por la Universitat de València, supone un excelente material de apoyo al profesorado, pero también para cualquiera que quiera llevar a cabo una lectura de dicha obra en profundidad.

En definitiva y en última instancia, lo que Nietzsche reivindica en su filosofía última es que nuestros valores no han de enfermarnos ni debilitarnos, tiene que imponerse la moral de la vida y no la moral ascética y de rebaño, que paradójicamente había venido gobernando a la sociedad occidental.
Es necesaria una moral de la voluntad de poder, de la construcción y la evolución.
¡Que disfrutéis de su estudio!