Resumir en un breve listado la inagotable bibliografía existente sobre la Segunda Guerra Mundial es una tarea prácticamente imposible.
De una forma u otra, el fin de la Segunda Guerra Mundial definió los principios del orden mundial en el que vivimos en la actualidad. Como por ejemplo, significó que EE.UU. se alzara como primera potencia occidental, fue el inicio de la Guerra Fría, de la creación de las Naciones Unidas y la OTAN, el principio de la Unión Europea con la embrionaria CECA, etc.
#Libros sobre la Segunda Guerra Mundial y el #holocausto #books #Unebook Clic para tuitearDigamos que, en un sentido amplio, la Segunda Guerra Mundial fue un lamentable episodio de catarsis universal que supuso un antes y un después y que dio comienzo a un mundo nuevo y distinto, como afirma la sueca Elisabeth Asbrink en su obra 1947. El año en que todo empezó:
La abundante cantidad de libros sobre la Segunda Guerra Mundial y el holocausto
Consecuentemente, existe una cantidad inabarcable -y exhaustiva- de libros sobre cada uno de los aspectos generadores del conflicto, sobre todos y cada uno de los contendientes, sobre cada batalla, cada discurso, los antecedentes, las consecuencias, estudios generales, locales, análisis sobre los medios de propaganda, los ejércitos, las armas, los uniformes, las batallas, la ideología… ¡hasta sobre las drogas que usaban!
Por supuesto, nosotros en Unebook solo hacemos referencia a los libros académicos, estudios y ensayos sobre el tema.
Si entramos en el terreno de la ficción, la bibliografía se multiplicaría por veinte. Y es que, tristemente, pocos ejércitos han despertado tanto asombro, desprecio, curiosidad y atención como la Wehrmacht del III Reich. Ellos fueron las fuerzas armadas alemanas desde 1935 al 1945, y además fueron los generadores inmediatos del conflicto con la invasión de Polonia.
Por tanto, la lista de libros sobre la Alemania de este periodo es abrumadora.
Nuestra intención en este post es ofrecer una lista de lectura breve, completa y un tanto alternativa sobre la Segunda Guerra Mundial sin desatender, eso sí, algunos de los grandes hitos en la materia.
¡Comenzamos!
La Segunda Guerra Mundial en España
Como es sabido, España no fue un país implicado en la Segunda Guerra Mundial. Cuando comenzó el conflicto internacional, habían pasado menos de 6 meses desde el fin oficial de la Guerra Civil Española. De manera que España se mantuvo inicialmente en una posición de neutralidad…, aunque más adelante el gobierno apoyó a Alemania.
Es interesante, por tanto, una obra como España y la Segunda Guerra Mundial, de la Universidad de Alcalá. Coordinada por los profesores Antonio Manuel Moral y Francisco Javier González Martín, en ella se detalla el contexto de los episodios en los que España intervino en la guerra con la División Azul (y en los que pudo haber intervenido, como la Operación Torch). Igualmente, en esta obra se rinden cuentas de todos los puntos de contacto que mantuvo España y los españoles en el conflicto.
Un libro informativo, riguroso y muy necesario para conocer dónde estaba España durante ese periodo.
Desde otro ángulo, Los españoles ante la Segunda Guerra Mundial -una obra de los mismos autores- analiza la lectura interna de la guerra que se hizo en España. Resulta interesantísimo observar el punto de vista de la Segunda Guerra Mundial que se ofrecía internamente en nuestro país, así como el río de arte (cine y literatura, principalmente) que generó la participación de los españoles en el conflicto.
Dos obras que se leen mejor juntas. 😉
La propaganda de la Segunda Guerra Mundial
La etimología de la palabra “propaganda” tiene su origen en el término latino propagare. Sin embargo, no es hasta la Primera Guerra Mundial que la propaganda cobra el sentido popular que conocemos hoy día.
Tendría que llegar la Segunda Guerra Mundial, en cualquier caso, para que la Propaganda -en mayúsculas- alcanzase su mayor expresión conocida. Fue Joseph Goebbels, ministro del Tercer Reich y colaborador cercano de Aldof Hitler, quien ideó la monumental campaña de comunicación nazi. Esta fue planteada como otro campo de batalla en el que el bando aliado tuvo que contratacar con todas sus fuerzas.
La actividad propagandística de Walt Disney
Uno de los episodios más curiosos y paradójicos fue la participación activa de Walt Disney dentro de la campaña de propaganda aliada. Como tantas otras empresas audiovisuales norteamericanas, Disney no se quedó al margen y empleó todos sus medios para apoyar, por un lado, la intervención militar de EE.UU. en la guerra y, por el otro, para despertar el odio al nazi en la población norteamericana.
El libro de la Universidad Pontificia de Salamanca, La actividad propagandística de Walt Disney durante la Segunda Guerra Mundial, del fallecido profesor Rodolfo Vidal González, fue un estudio pionero. Durante casi una década, no existía nada parecido sobre este tema en ninguna lengua del mundo. Más tarde sí aparecieron obras semejantes en inglés, pero el profesor Vidal fue el primero en estudiar este corpus audiovisual.
Su ensayo analizó con detalle y profundidad todos y cada uno de los contenidos que difundió Disney durante este periodo; algunos de cuyos ejemplos podemos observar a continuación. Por supuesto, se advierte un tono muy contextual, profundamente influido por el tsunami de acontenicimientos que estaba arrasando Occidente.
Sin embargo, no deja de resultar curioso, o cuanto menos contradictorio, observar a los personajes creados por Disney levantando banderas, apoyando ideología y sacudiendo tortazos a los nazis.
Es como si la población Disney, durante dos años, hubiera traicionado su bucólico universo de valores infantiles para hacer apología de una guerra -necesaria, por otro lado, como se pudo comprobar después-. Y es que no, no siempre Walt Disney fue ese americano perfecto. O a lo mejor sí.
LTI. La lengua del Tercer Reich
Como mencionábamos arriba, el principal ideólogo de la imagen del Tercer Reich, de su discurso, su propaganda y su ética (o la ausencia de ella) fue Goebbels. Hay un libro estupendo, LTI. La lengua del Tercer Reich, del filólogo clásico Victor Klemperer, que analizó el lenguaje del partido nazi desde que este llegó al gobierno hasta su fin último. Este libro es un ensayo ya clásico sobre el lenguaje totalitario y populista, así como un estudio a fondo del Tercer Reich, ya que Klemperer fue por desgracia testigo en primera línea del desastre nazi.
Junto con la obra de Klemperer, el reciente (y monumental) estudio del historiador francés Christian Ingrao, Creer y destruir, es un complemento estupendo. Ingrao, especialista en la Segunda Guerra Mundial, examinó los perfiles personales de casi todos los miembros de la elite perteneciente a la Orden Negra de Himmler y llegó a la conclusión de que, en contra de lo que podía parecer, todos ellos eran “intelectuales comprometidos”.
Es decir, que el discurso y la ideología del partido nazi fueron tan “inspiradores” que llegaron a conseguir que esa élite intelectual se convirtiera en una pandilla de asesinos despiadados. Como afirmaba el autor en la presentación del libro en España, “el nazismo fue un sistema de creencias que generó mucho fervor, cristalizó esperanzas y funcionó como una droga cultural en la psique de los intelectuales”.
No lo olvidemos.
Estados Unidos y España en la Segunda Guerra Mundial. Información y propaganda
En España, mientras tanto… ¿qué estaba ocurriendo? El catedrático de la Universidad Complutense Alejandro Pizarroso explora en Diplomáticos, propagandista y espías. Estados Unidos y España en la Segunda Guerra Mundial. Información y propaganda (Editorial CSIC), la influencia de la propaganda norteamericana en España durante el conflicto.
Según hemos visto al principio del post, la “neutralidad” de España terminó por inclinarse hacia el lado alemán. Sin embargo, EE.UU. consideraba a nuestro país un lugar estratégico y trató, no solo mediante propaganda, sino activando la vía diplomática, de doblar los intereses españoles hacia el bando aliado.
Un libro, por tanto, que pone el foco sobre una época poco conocida (y muy curiosa) de nuestra historia.
Por cierto, y para cerrar este apartado: su autor, Alejandro Pizarroso, tiene un libro completísimo sobre la historia de la proaganda. Muy recomendable.
La arquitectura de la Segunda Guerra Mundial (resumen)
Es sabido que la IIGM tiene el lamentable reconocimiento de haber sido la primera guerra que llevó los bombardeos áereos sobre poblaciones civiles hasta sus últimas consecuencias. Si el primer bombardeo sobre una ciudad tuvo lugar en 1.911 durante la guerra italo-turca, y la Guerra Civil española fue el campo de ensayo de los bombardeos nazis e italianos, la Segunda Guerra Mundial llevaría dicha práctica hasta límites nunca vistos con el colofón fatal de EE.UU. en Hiroshima y Nagasaki.
Este es uno de los motivos por los que, al término del enfrentamiento, se le dio tanta importancia a la arquitectura: había que reconstruir muchas ciudades. Demasiadas.
El arquitecto Miguel Martínez Monedero en Proyectar el vacío, publicado por la Universidad de Granada, reflexiona no solo sobre los medios técnicos, la planificación y el urbanismo de la reconstrucción de Munich y Berlín, sino también sobre la filosofía que reside detrás. Sobre cómo volver a dotarle de espíritu al espacio común de una comunidad de supervivientes después de que su pasado haya volado por los aires.
Un libro muy interesante.
No podemos dejar de mencionar lo que sucedió a nivel arquitectónico antes de la guerra. Y para ello es inevitable tener que mencionar a Albert Speer, el arquitecto que llegó a ser uno de los colaboradores más estrechos a Hitler, y que de hecho llegó a ser ministro de armamento durante el conflicto. Seguramente, una de las 20 personas más destacadas de la cúpula nazi durante un largo periodo del Reich.
Sus memorias son un repaso de su vida desde el momento en que entra en contacto con el partido nazi. Speer comparte su relato en primera persona, el mismo que Christian Ingrao -como mencionábamos arriba- analizaba en conjunto desde fuera. A lo largo de todo el libro le recorre a uno el escalofrío que provoca contemplar cómo una persona intelectual tan brillante, capaz y lúcida pudo participar en la cantidad de proyectos faraónicos que se le ocurrían a Hitler. Por ejemplo, quería proyectar una cúpula del Reichstag que fuera 50 veces más grande que la cúpula de San Pedro en el Vaticano.
Speer emplea el libro para narrar el día a día del delirio, realizando un ejercicio de autorreflexión al mismo tiempo que ofrece un valiosísimo trabajo de documentación. Él mismo habla desde su “yo” presente, una vez terminado el conflicto, arrepentido, juzgado en Nuremberg y ya en la cárcel, escudriñando la psicología de su “yo” pasado.
Hay que señalar que Speer fue el único del círculo íntimo de Hitler que mostró arrepentimiento en Nuremberg, y por ello no fue condenado a la horca, sino a la cárcel.
Esta actitud de autojustificación light -por decirlo de algún modo-, así como el hecho de que Speer insistiera en que nunca fue conocedor del genocidio judío, le concedieron la condición de tecnócrata culto que se vio inmerso en un contexto delirante. No obstante, nuevos estudios sobre Speer sugieren lo contrario, y arrojan luz sobre algunos aspectos de la vida de Speer que él voluntariamente había dejado a oscuras.
Sea como fuere, solo por la su excelente prosa y el valor documental, las memorias de Albert Speer constituyen un documento inigualable. Si queréis leer un testimonio sobre la contienda… que sea este.
Una historia breve sobre la Segunda Guerra Mundial
Para concluir, y como prometimos al inicio del post, os dejamos con varias obras con las poder comprender la IIGM desde una visión de conjunto y más generalista.
Libros sobre la Segunda Guerra Mundial hay muchos pero, por supuesto, hay un nombre que tiene que aparecer necesariamente en este apartado, y es el británico Antony Beevor, caballero desde 2017 por sus méritos académicos y su éxito como autor. Se calculan que Beevor ha vendido más de 7 millones de libros en todo el mundo (sus libros están traducidos a treinta y dos lenguas). Una cifra disparatada para un historiador, y al alcance de muy pocos.
Su obra central sobre el conflicto debería estar a la altura del renombre de Beevor, y aquí hallamos La Segunda Guerra Mundial. Probablemente, la obra definitiva hasta la fecha, que conjuga con soltura el rigor científico con la habilidad divulgativa. Quizá el único “pero” que se le puede achacar es precisamente su tamaño: 1.200 páginas de texto, imágenes y datos resulta intimidante.
Por eso, y para quienes no desean emplear las energías en digerir una obra tan voluminosa, ofrecemos otras tres opciones más accesibles. Breve historia de la Segunda Guerra Mundial y La Segunda Guerra Mundial. Una historia esencial, de los historiadores Norman Stone y Gerhard L. Weinberg, respectivamente, son dos buenas opciones, rigurosas, fiables y bien resueltas, para iniciarse uno en el conocimiento del conflicto en menos de 200 páginas. Os las recomendamos.
Por su parte, Historia de la Segunda Guerra Mundial, de R.A.C. Parker, publicado por la Universidad de Zaragoza, es un ensayo ya clásico que destaca por su brevedad, concisión y amplitud de enfoque. Sin duda, el mejor punto de partida que se pueda tener.
Por último, y si la curiosidad os lleva por deteneros en algún episodio concreto, a continuación os dejamos una selección de libros sobre la Segunda Guerra Mundial de Antony Beevor que, de nuevo, se ocupan de batallas, momentos y pasajes específicos del conflicto.
Ya os dijimos que Beevor es el gran especialista contemporáneo en la segunda gran guerra… Todos son estupendos.
Muchas gracias por leernos. 🙂
¡Buenas lecturas!
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