"Cómo mejorar el clima emocional en las aulas universitarias" demuestra que la necesidad de incluir la educación emocional en el sistema educativo es triple. Por una parte, para aumentar la eficiencia de los aprendizajes, tal y como se ha ido exponiendo en esta introducción, ya que la inteligente gestión de las emociones mejora la atención, la curiosidad, la motivación, el clima en el aula y otras competencias que influyen directamente en la capacidad de aprender. En segundo lugar, aporta más bienestar personal y social en las aulas. La tercera necesidad tiene que ver con la salud mental, ya que el panorama del siglo XXI es alarmante.