Antonio de Torquemada (1507-1596) fue autor de obras como El Olivante de Laura, Los Coloquios sarcásticos y Jardín de flores. Todas ellas condenadas a la hoguera en el Quijote por considerárseles "embusterísimas y patrañeras". Alfonso Reyes descubre aquí el entrañable vínculo entre éstas y la obra cervantina: "Cervantes -afirma Reyes- se permite aprovechar para sus fantasías a estos tan fantásticos autores; que, sin ellos, ni Colón se hubiera lanzado a la locura que lo llevó al descubrimiento de las Indias, ni Don Quijote hubiera salido jamás a enderezar tuertos y a deshacer agravios".