María Felicitas Ricalde Manchaco
La implantación del Impuesto sobre las Transacciones Financieras puede ser una forma de reducir los flujos desestabilizadores de capital y reducir la volatilidad en la cotización de los activos financieros. La existencia de los paraísos fiscales y la evasión de impuestos en regiones ricas y pobres imposibilitan la recaudación impositiva. Se crearía un gran ?riesgo de deslocalización? si el impuesto se aplicase en el país de cierre de la transacción. A nivel teórico, la fuga de capitales podría evitarse si los bancos centrales se negaran a ?abrir cuentas con sistemas de liquidación situados fuera de la zona de imposición?. Hay dos tipos de operaciones para los bancos (operaciones por cuenta propia y operaciones de ?creación de mercado?), Estas últimas operaciones se realizan casi a coste cero y, a pesar de ello, los beneficios generados no alcanzan el 0,01% sobre el volumen de la transacción.