¿Qué es la belleza? ¿Qué es lo sublime? ¿Se puede amar lo que es feo, pero bueno? ¿Lo grotesco puede ser apreciado por un niño? ¿Una forma bella es buena? En las páginas de este libro se da contexto pedagógico a la Estética y su educación con el objeto de enriquecer la experiencia de los niños y las niñas en su conexión con el mundo, la naturaleza, el arte, lo humano y la cultura en la que viven. En el contexto actual de hiperconexión digital, los niños y las niñas construyen sus identidades viajando por el mundo de la simulación y habitando un mundo cada vez más virtual que los convierte en seres hiperreales. En este universo mediático, iconosférico y espectacular, se han difuminado los límites que existían entre lo real y lo ficticio, sin que sepamos discernir si estamos dentro o fuera del espectáculo, si somos seres reales o hiperreales. Lo estético nos conecta con el mundo, es el universo mismo que sentimos, pensamos y percibimos. Estética, Poética y Ética, como se descubrirá a lo largo de esta obra, son contextos que se articulan y se complementan. Comprender sus conexiones nos da una visión del mundo «más real» y nos hace ser, junto a los niños y las niñas, contemporáneos, esto es: «seres del propio tiempo». En este sentido, La educación estética en la infancia: aprendiendo a vivir en la Ciudad de las Estrellas, trata tanto del arte, de la estética y de la belleza... como de los niños mismos y del mundo que les rodea. A ellos está dedicado.El propósito de este manual es servir de acompañamiento y guía de aula para procurar un aprendizaje multidimensional y transversal donde se combinen lo analógico y lo digital, formando a los alumnos para pensar, habitar y crear en el presente. El maestro de Educación Primaria puede utilizar este libro como inspiración para ir construyendo sus propios proyectos y actividades de aula desde los diferentes conceptos, elementos, herramientas, técnicas e ideas que aquí se desarrollan. La visualidad y la plasticidad, como modos de aproximarse a la experiencia del arte, aseguran que al niño se le forme para amplificar su capacidad perceptiva, desarrollando cognitivamente su universo interior, enriqueciendo su expresividad e incrementando así las conexiones que realiza con todo lo que le rodea.
