En Francisco Suárez (1548-1617) como en otros autores del Siglo de Oro, el orden jurídico se halla fundado en algo que le precede, en una moral que permite reconocerlo como justo y razonable. Tanto el mantenimiento de la paz, como la justicia del Estado y de la sociedad civil, según Suárez, dependen de que la razón humana, en su función práctica, guíe la rectitud moral del obrar humano.