La limpieza no manchada. Félix Lope de Vega
Fragmento de la obra
Jornada primera
(Salen la Quietud y la Duda.)
Quietud: Salid de casa, acabemos,
y dejaos de replicar.
Duda: Ya que me queréis echar,
no me echéis haciendo extremos.
¿Qué os hice yo, que me echáis
de vuestra casa?
Quietud: ¿Y es poco
traerme a preguntas loco?
Duda: ¡Si vos la ocasión me dais!
Quietud: ¿Yo la ocasión?
Duda: Vos, Quietud.
Quietud: Duda, acortemos razones;
que esto de andar en cuestiones
no lo sufre mi salud.
Yo no te quiero en mi casa;
el mundo es largo.
Duda: Ya en hombre
me he transformado; que el nombre,
seguro por todos pasa.
Que mal pienso que pudiera
vivir mujer y desnuda
de defensa, aunque soy duda,
donde de mí no la hubiera.
Quietud: Pues si en hombre transformada,
segura vas para todo,
déjame aquí.
Duda: ¿De ese modo
me enviáis sin darme nada?
Los sabios que despreciaron
el mundo, cuanto tuvieron,
como caso dél no hicieron,
ninguna cosa llevaron.
Tal, en el mar, de su mano,
echó su hacienda a los peces;
tal, despreció algunas veces
el oro de algún, tirano.
Quietud: Tan desnudo como vienes,
algún sabio caminaba,
y en llevarse a sí llevaba
consigo todos sus bienes,
Diógenes se reía
de Alejandro, y estimaba
más el desdén que mostraba,
que el favor que le hacía.