Los memoriales, los espacios y sitios de memoria en Chile ha sido posibles porque grupos y personas los han configurado y les han dado el soporte de sus memorias y de las memorias de muchos, buscando interpelar a todos. Construir una memoria compartida es una utopía que tiene la virtud de mover a distintas generaciones, buscando reparar lo irreparable. Es un desafío vivo en las páginas de este libro.