Los milagros de Jesucristo son, ante todo, signos, señales que muestran su divinidad, que con rman la verdad de sus enseñanzas, que ayudan a creer en Él. Esa era la intención de Jesús al ejecutar esos portentos: revelar a Dios, mostrar que había llegado el Reino, que no era una promesa política, sino un regalo del Padre. Esta obra no pretende ser un estudio pormenorizado ni una exégesis abstrusa, sino más bien una meditación que a?ne el rigor científico y la piedad cristiana, a la luz de la liturgia de la Palabra dominical. Accedemos en este libro al estudio y a la meditación de varios milagros de Jesús, que pueden servir para aumentar la fe en el Hijo de Dios y para obrar en consecuencia.