Domingo Báñez (1528-1604) es considerado uno de los máximos representantes de la Escuela de Salamanca y uno de los comentadores más profundos de Santo Tomás de Aquino. Su figura intelectual se asocia a las fuertes controversias sobre la gracia que tuvieron lugar a finales del siglo XVI y que dividieron a teólogos católicos en molinistas y bañecianos; es conocido también por su apoyo a la reforma carmelitana. Sin embargo, su aportación genuinamente filosófica parece todavía olvidada. Se recoge en este texto su pensamiento acerca de las q80-q83 sobre la Summa Theologica.