Hasta la década de 1980, los materiales poliméricos, a menudo llamados plásticos, eran o amorfos, con las largas cadenas moleculares del polímero posicionadas y ordenadas de manera aleatoria, o cristalinos, con segmentos localmente bien ordenados, pero con poco control sobre los ejes cristalinos que no fuera mediante procesos de estirado. En este trabajo buscamos demostrar que el rango de aplicaciones de los polímeros puede expandirse de manera espectacular en los campos de la óptica y la mecánica al controlar el orden molecular, el empaquetado y la dirección, según lo definido por el parámetro de orden controlado por la posición.