El afán de felicidad que Dios ha puesto en toda persona, sólo l puede satisfacerlo plenamente. Para explicarlo, el autor acude a la Sagrada Escritura, y los Santos Padres, al magisterio de los últimos papas y a San Josemaría.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información