Lector: esta novela que tienes en tus manos completa una trilogía novelada que se centra en aspectos costumbristas del occidente asturiano. El autor se ocupó ya del inmigrante y su nostalgia (Cuando Mauro Grouz volvió a Cibea); después, de los serenos (Cada sereno en su noche), y ahora, de las peculiares y famosas fiestas de Cangas del Narcea. Claro que no ha pretendido hacer un estudio histórico o antropológico, eso no es función del escritor cuando escribe novela. Además, eso ya lo hicieron magistralmente Juaco López Álvarez y José María González Azcárate (La explosión de la fiesta, Arbas, 1997). La fiesta, su emoción colectiva y las pasiones de los protagonistas conforman la anécdota de la obra. Pero el autor, como en las obras anteriores, va más allá con su juego de metáforas, simbolismos y sugerencias, en un camino a lo trascendente.
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