¿Qué es la ciudadanía? ¿Cuándo surgió la concepción de ciudadano? ¿Cuáles son sus antecedentes en nuestro ámbito cultural? Pérez Luño responde a estas preguntas con una excelente aclaración terminológica, conceptual e histórica. Tener las ideas claras acerca de qué significa ser ciudadano parece más importante que nunca en un mundo donde se borran las fronteras, donde ya no bastan los criterios tradicionales para abarcar las legítimas aspiraciones de todos a recibir un trato de ciudadano. Además, la fácil vulneración de los derechos de los ciudadanos por accesos abusivos e ilegales a bancos de datos es una amenaza para los derechos de las personas de la que casi nadie se puede proteger y que requiere una regulación legal urgente. Pese a las dificultades de controlar el uso de datos en el ámbito informático, hay una tendencia creciente a convertir el espacio virtual de Internet en un lugar donde las personas puedan practicar su ciudadanía virtual con una participación inmediata en la deliberación política por medio de la votación electrónica. El autor analiza estas modalidades de una supuesta teledemocracia, mostrando sus ventajas cara a las deficiencias de la democracia representativa, pero también advirtiendo de los graves inconvenientes de esta práctica. Esta democracia directa no sólo es incompatible con lo previsto en la Constitución española. También encierra el peligro de una democracia vertical, de que los partidos y líderes políticos influyan indebidamente en la opinión del ciudadano y de manipulaciones diversas que pueden distorsionar este sistema.