Seguro que en la web hay un tutorial sobre cómo convertir en viral un vídeo e, incluso, una pieza audiovisual que no necesariamente tiene que ser paródica, erótica o macabra, como un vídeo sobre presos de conciencia, leyes de género o seguridad vial. Sin embargo, cualquier pequeño funcionario de la propaganda del siglo pasado en tiempos de guerra (fría o caliente) diría que ese tutorial es una nimiedad, poco más que la cartilla del oficio. En este sentido, este es un libro para aquellos que saben que la comunicación política mediante los medios audiovisuales no se inventó ayer y que, en consecuencia, los procesos políticos entre España e Iberoamérica también se fraguaron con imágenes.