Ambrosio Bondía, autor de incierta biografía y totalmente al margen de los círculos eruditos y literarios aragoneses del XVII, publicó en 1650 la Cítara de Apolo y Parnaso en Aragón, voluminosa miscelánea barroca que combina diversos géneros literarios y que ofrece la singularidad de ocultar, en el contexto de cuatro jornadas festivas cuyo contenido y disposición acercan el texto a las relaciones de fiestas, un complejo entramado alegórico y simbólico destinado a hacer de Zaragoza una nueva Ciudad del Sol regida por armonía cósmica de la cítara de Apolo y privilegiada por la presencia de la Virgen.