José María Quijano Fernández (Los Corrales de Buelna, Cantabria, 1843-1911) fue uno de los impulsores del proceso industrializador iniciado en Cantabria en el último cuarto del siglo XIX. Nacido en el seno de una familia de gran prestigio en el valle de Buelna, y aunque licenciado en leyes, consagró sus días a la industria del metal desde que se decidiera a instalar varias máquinas de fabricar puntas de París en un viejo molino harinero heredado junto al río Besaya, en su localidad natal. En muy poco tiempo, y fruto del éxito de la actividad en las Forjas de Buelna, que englobaba la producción de múltiples elaboraciones a partir del alambre, centró su atención en la modernización y ampliación de las instalaciones. Estos y otros quehaceres, como la ocupación política, jalonan una vida colmada de trabajo y de éxitos, en la que las relaciones personales tuvieron una gran trascendencia. Los textos que aquí se recogen, misivas de su puño y letra, testimonian el pasado industrial de Cantabria en estrecha conexión con el ámbito europeo, a la vez que revelan una compleja trama de hilvanes políticos, económicos y sociales.