Ciudadanía, Reconocimiento y Distribución, tres conceptos fundamentales para
la definición social del trabajo. El concepto se había eclipsado desde los años
sesenta y reaparece en los noventa con inusitada energía. La desmaterialización
y fragmentación de la ciudadanía vuelve a tratarse como tema fundamental justo
en el momento en el que resulta ya inocultable la pérdida de coherencia y la
minimización del sistema de garantías de la red de derechos laborales y de
bienestar que se consideraban asociados, inseparablemente, del trabajador
contemporáneo; figura identificada, e idéntica en el modo de regulación fordista
maduro, al ciudadano normalizado.