Se está viviendo una de las crisis economico-financieras más importantes de nuestra historia reciente. Iniciada en 2008 como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria, le han sucedido de forma sobrevenida los efectos de una de las amenazas más graves para la salud a nivel mundial, la pandemia de la COVID-19 –asociada a la globalización, al uso abusivo de los recursos del planeta y a la destrucción de su biodiversidad–, que ha obligado a tomar una serie de medidas absolutamente extraordinarias para tratar de hacer frente a una amenaza para la salud pública mundial de magnitud desconocida, con repercusiones sobre la población, nuestras formas de vida y nuestro tradicional modelo de desarrollo. Para ello se han habilitado un conjunto de fondos, los más importantes de nuestra historia reciente (en el caso español equivalentes al 20 % de su PIB), que tratan justamente de iniciar el camino de la recuperación hacia ese nuevo modelo de desarrollo que se pretende más justo, sostenible y resiliente.
Por iniciativa institucional se ha puesto en marcha el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Plan España Puede, con el que poder liderar, junto con el apoyo de los actores económicos y la sociedad civil, la recuperación social, económica y ambiental. En este crucial contexto, en el X Congreso Internacional de Ordenación del Territorio se ha llevado a cabo una exploración y diagnóstico no solo del marco, sino también de la forma en la que se están desarrollando algunas de las actuaciones previstas en los planes y las estrategias estatales y autonómicos, tanto las que presentan un mayor y más claro impacto territorial, como aquellas para los que las propias condiciones de cada espacio representan un factor –y un valor– que tener en cuenta con el fin de procurar unos mejores resultados en el logro de los objetivos e indicadores previstos.
Se presenta aquí una selección de las principales aportaciones y conclusiones sobre cuestiones como la transición ecológica y tecnológica actual; el papel que en ello juegan o deben jugar la matriz territorial, el paisaje y los ecosistemas a través de las políticas territoriales con el objetivo del equilibrio, la articulación y la cohesión territorial en este nuevo marco de la recuperación, o el cometido que han de desempeñar en ello las ciudades mediante las nuevas agendas locales para lograr que ciudades y territorios sean más saludables e inteligentes.