Delibes fue elegido miembro de la Real Academia Española (silla e) el 1 de febrero de 1973, tomando posesión en 1975 con el discurso que aquí se reedita. Según declaración del autor, decidió aprovechar la ocasión para unir su voz -a la protesta contra la brutal agresión a la Naturaleza que las sociedades vienen perpetrando mediante una tecnología desbridada-. Algunos tacharon de reaccionario el mensaje que aparentemente se desprendía de las novelas en que exaltaba la autenticidad de la vida rural, y Delibes quiso defenderse de tal acusación, al tiempo que proclamaba los motivos que él descubría para el pesimismo. Este libro es un admirable aldabonazo del intelectual comprometido y sensible que fue Miguel Delibes, y ha de leerse sin perder de vista la temprana fecha en que fue escrito.