Si hubiera que justificar la importancia del tema que nos ocupa, diríamos que el País Valenciano ha venido registrando saldos migratorios positivos durante los últimos quinquenios en contraste con la evolución de las tasas de actividad y de empleo, que desde 1955 han experimentado una fuerte tendencia regresiva, más acentuada entre nosotros que en la mayoría de las regiones españolas. Esta situación, a primera vista sorprendente, se explica en parte gracias al trabajo a domicilio. En efecto, este fenómeno pertenece al área de la economía sumergida; la incorporación implica una fuga de fuerza de trabajo desde la economía oficial o una movilización de población inactiva, fundamentalmente amas de casa. Tanto en un caso como en otro nos encontramos con una fuerza de trabajo "oculta", la incorporación a las estadísticas oficiales modificaría los parámetros del mercado de trabajo. Desde la misma óptica se podría explicar la importancia que están asumiendo los activos marginales en el seno de la economía valenciana.
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