Si hay algún personaje de entre los que se mueven en la órbita de Saavedra Fajardo, con quien éste haya mantenido una relación epistolar más asidua ?exceptuando naturalmente la Corte de Madrid-, es precisamente el Cardenal Infante Don Fernando, hermano del rey Felipe IV. Por eso y por las circunstancias históricas que rodean a ambos personajes se centra el tomo III de esta obra en torno a la figura del joven Infante, que ocupa un puesto capital en la Europa central durante casi un decenio.