En una época como la Baja Edad Media, caracterizada por el establecimiento y desarrollo de nuevos y diversos tipos de fiscalidad (real, municipal, de Estadoà), ni siquiera los eclesiásticos ¿grupo privilegiado por excelencia¿ quedaron al margen del aumento de la presión impositiva. En relación con este aspecto, el presente libro aborda, desde diferentes puntos de vista, el tema de las exigencias fiscales a que debieron hacer frente tanto la Iglesia, en tanto que institución, como los clérigos en su especial faceta de contribuyentes. Su propósito es poner de manifiesto que no sólo el Papado y otros miembros de la jerarquía eclesiástica sino también determinadas instituciones laicas como los municipios y, sobre todo, la monarquía fueron potentes agentes exactores de renta eclesiástica, vía diezmos, décimas o subsidios. Los nueve trabajos reunidos en este volumen se refieren a distintos ámbitos territoriales del Occidente cristiano (desde Francia hasta Portugal, pasando por Castilla y la Corona de Aragón) y a un amplio arco cronológico que abarca desde el siglo XIII hasta el siglo XVI. A partir del análisis de determinadas coyunturas y de dinámicas concretas, los diversos estudios permiten comprobar el aumento de la presión fiscal sobre el clero y observar, en última instancia, los procesos de fondo que marcan toda esta época: los reiterados intentos de gravar la riqueza de la Iglesia por parte de los poderes laicos y el creciente papel de la monarquía como principal institución beneficiaria de recursos eclesiásticos.