El autor somete a un examen comparativo la Revolución francesa y la Revolución española de 1936, y viene a demostrar que, a pesar de la distancia entre ambos fenómenos, tienen mucho en común.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información