Para Georges Bataille el arte pertenece a la esfera de las actividades inútiles y desinteresadas que reflejan la "parte maldita" de la humanidad, aquellas cuyo carácter transgresor permiten al hombre reencontrar su soberanía en el tiempo trágico de la creación. Bataille no trata el arte como mera ilustración de un discurso abstracto, sino que lo transforma en desencadenante activo de su pensamiento. A través del estudio de las revistas en las que Bataille participó, este libro analiza el papel del arte dentro de su reflexión filosófica.