Hay tres enfoques posibles del estudio de la conducta ética. Un enfoque histórico, haciendo un repaso de lo que se ha pensado sobre conducta ética en determinados momentos hasta el presente; un enfoque temático, un estudio de temas siguiendo un orden lógico y al margen de la vida concreta o del curso histórico; o, en un tercer enfoque, siguiendo una orientación existencial. En este último punto de vista domina la experiencia vital que tenemos individual y grupalmente, directa o indirectamente, de lo que llamamos conducta ética y de los conflictos ligados a decisiones éticas.