La erudición, la fuerza intelectual y la capacidad de síntesis de su autor dan como resultado una visión de las creencias religiosas que, según su propia fórmula, arroja simultáneamente luz sobre -la unidad fundamental de los fenómenos religiosos y la inabarcable variedad de sus expresiones-.
Este segundo tomo está en gran parte dedicado a las religiones de la antigua China, al budismo y al nacimiento del cristianismo, aunque habla igualmente del bramanismo y el hinduismo, la religión romana, los celtas y los tracios, Orfeo y Pitágoras, la síntesis hinduista, el judaísmo, el paganismo, el sincretismo y la época helenística.