Paseando por los mercados repletos de mercancías de Atenas, el filósofo griego Sócrates, solía decir: ´Hay que ver la cantidad de cosas... que no necesito.´
El emperador reía. Los cónsules que le acompañaban le preguntaron de qué. Calígulaá respondió: ´Río... porque pienso que en este preciso instante puedo haceros degollar.´
Durante el sitio de la fortaleza otomana de Sivas, el conquistador Tamerlán prometió no derramar la sangre de sus defensores (eran 3.000, tal vez más), y cumplió su promesa... los enterró vivos.
El poeta romántico alemán Heine, de origen judío, escribió: ´Allí donde queman libros, acaban quemando hombres´. Un siglo después, sus libros fueron quemados por los nazis...