Aunque sea crítico, heterodoxo, -incorrecto- muchas veces y hasta corrosivo, este libro no es nihilista; y no lo es en un sentido profundo y esencial, a saber, porque en él se rememora insistentemente el ser, tan olvidado por el hombre actual.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información