El cuarto volumen de la colección Tesoros de la Biblioteca Nacional de España relata la historia de la llegada de la imprenta a España a través de los incunables y la colección que guarda la Biblioteca Nacional de España. Al igual que los anteriores volúmenes de la colección, la obra cuenta con numerosas ilustraciones que permiten apreciar las características de estos preciados textos. Los incunables son los productos salidos de la imprenta en el siglo XV. El nuevo arte se inventó en Alemania.
La imprenta llega a España en 1472, año en que Juan Párix de Heidelberg instala su taller en Segovia a instancias de su obispo, Juan Arias Dávila. El primer libro salido de esta imprenta es el Sinodal de Aguilafuente, actas del sínodo celebrado en esta villa segoviana a principios de junio de 1472, siendo hasta el momento el primer libro impreso en España y en español. De este libro tan solo se conserva un ejemplar en el mundo en la Catedral de Segovia.
Desde entonces los impresores se repartirán a lo largo de la nación. Así ocurrió con Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla y otras muchas localidades (hasta superar las 30), de las que se mostrarán sus primeros impresos, además de algunos de los incunables más significativos de 13 localidades de más de 20 tipógrafos.
La imprenta nace ante la necesidad de reproducir un texto en múltiples ejemplares con rapidez y precisión. Antes existió un intento de hacerlo mediante planchas de madera grabadas (libro xilográfico), pero estas había que realizarlas a mano y solo servían para un texto.
Si los primeros incunables emulan a los manuscritos como una forma de acercarse al lector de aquel momento, también la ilustración se presentará con iniciales y orlas similares a las que aparecían en los manuscritos. Poco a poco irán incorporando grabados y otros adornos.
El cuarto volumen de la colección "Tesoros de la Biblioteca Nacional de España" relata la historia de la llegada de la imprenta a España a través de los incunables y la colección que guarda la Biblioteca Nacional de España. Al igual que los anteriores volúmenes de la colección, la obra cuenta con numerosas ilustraciones que permiten apreciar las características de estos preciados textos.
Los incunables son los productos salidos de la imprenta en el siglo XV. El nuevo arte se inventó en Alemania hacia 1450 y llegó a España en 1472. Fue en Segovia, donde Juan Párix, impresor alemán, trabajó para el obispo Juan Arias Dávila. El primer libro que imprimió fue el Sinodal de Aguilafuente (1472), que contiene las actas del sínodo celebrado en dicha villa segoviana. Pronto las prensas llegaron a Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla y hasta unas treinta localidades hispanas, donde se imprimieron incunables de diversas materias.
La Biblioteca Nacional de España atesora una colección de incunables de 3192 ejemplares, entre los cuales se encuentra más de un tercio de los salidos de las prensas españolas, la colección más importante existente. Incorporados en diversas etapas y por variados sistemas, son testimonios de la historia española de finales del siglo XV.
Fermín de los Reyes Gómez, autor del texto, es doctor en Filología Hispánica (Universidad Complutense de Madrid, 1995) y máster en Industria Editorial (Universidad de Salamanca, 2001). Es profesor titular en la Facultad de Documentación (UCM), donde imparte asignaturas de Libro Antiguo y Patrimonio Bibliográfico. Su investigación se centra en la historia del libro y en el patrimonio. Ha sido comisario de ocho exposiciones bibliográficas.