Aborda este Tomo III de las ´Instituciones de Derecho civil´ del autor -dividido por su extensión en dos volúmenes- la zona más sensible de la materia jurídica en su dimensión humana y personal: la familia y su entorno, el matrimonio y, en general, las relaciones afectivas entre personas, la paternidad, la sucesión hereditaria. Y lo hace con el mismo tono y el mismo espíritu que los anteriores, esto es, buscando ante todo la claridad, el sistema, una información precisa y exacta sin rehuir el comentario y la expresión de un criterio personal cuando parece oportuno. Pero precisamente este último aspecto -el de la opinión personal- se incrementa y adquiere más relieve en este último Tomo por lo mismo de que se tratan en él asuntos que tocan a la intimidad y a las convicciones más primarias de cada uno. Es posible -mejor dicho, es seguro- que algunas de estas opiniones no van a ser bien recibidas por todos. Por eso el autor quiere curarse en salud y de antemano apresurarse a proclamar que nada más lejos de su intención que molestar u ofender a nadie y que respeta absolutamente cualquier idea y cualquier condición humana. Pero eso no puede privarle de hacer públicas, si viene al caso, sus reflexiones sobre este o aquel tema jurídico, e incluso ¿por qué no? sobre perspectivas histórico-culturales más amplias, sin perjuicio de la debida subordinación a voces más autorizadas. Sirva esta ´captatio benevolentiae´ para mitigar y, si es posible, sofocar, cualquier reacción adversa.