Don Armillo fue un juglar que vivió en Burgos en 1221. Y, según Menéndez Pidal, es probable que interpretara el Poema de Fernán González y el Cantar de Mio Cid. Pero el único conocimiento que tenemos sobre la interpretación de estos poemas es esa leve sospecha del gran investigador. Ignoramos los destinatarios, la forma, los acompañamientos y, sobre todo, las motivaciones, que en el caso del poema de Mio Cid debieron de ser más que económicas. Quien lo interpretase, en vez de ganarse la vida, se la estaba jugando, pues la segunda mitad del cantar se dedica a insultar a una de las casas más poderosas de Castilla, la de Carrión.
El encargo de recitar el poema durante la fiesta de colocación de la primera piedra de la catedral de Burgos, el 20 de julio de 1221, termina con la vida tranquila de Don Armillo y desata una serie de fuerzas y tensiones destructivas, latentes en los reinos peninsulares del siglo XIII.