Adelgazas, te queda mejor la ropa, la gente es agradable contigo, no sabes por qué te invitan a más fiestas, cenas y te pareces más a las mujeres de los anuncios publicitarios, las guapas, las que se quedan con el chico. Adelgazas y eres feliz. Este es el mensaje que se quedó grabado en la memoria de nuestra protagonista, una adolescente con muchas preguntas, sueños e interminables silencios. Una adolescente que vive en una sociedad tóxica que lo único que le dice es que no forma parte de ella. Karen esperaba ansiosa su momento. Y ocurrió. Pero Cupido le lanzó una flecha que estaba envenenada. ¿Dejo de comer por aquel chico? No. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son multifactoriales. No es solo que te quieran. Es querer más. Es tener el control y perderlo para siempre. Es la familia. La familia perfecta. Ser perfecta. Karen y su reflejo intentarán sobrevivir a estas Navidades de una sola pieza y se darán cuenta de que las palabras lo son todo. Las palabras duelen más que una patada en el hígado. Mucho más que una obra de teatro, esta historia de una joven con TCA, concretamente bulimia y anorexia nerviosa, es la historia de muchas chicas, con sus miedos y frustraciones, con ansias de encajar en un mundo hecho a la medida. ¿de quién? Nadie encaja en él.
