Este libro está dedicado a la oración como un ´medio privilegiado para establecer relación con Dios´. Orar es como respirar. Pero la respiración no es libre, mientras la oración sí. ´Hay que consentir en orar, en vivir un encuentro amoroso con Dios´. El autor es consciente de que ´no se puede enseñar propiamente a orar´. Por eso se limita a ´hablar desde fuera´, a ´abrir horizontes´ y ´sugerir caminos´ que preparen al lector para el banquete del encuentro con Dios, verdadera cena que recrea y enamora.