El autor trata de centrar y clarificar el debate sobre el rol económico del Estado. Partiendo del denuncia de corrupción e ineficacia que se ha extendido recienemente sobre la organización estatal, realiza un análisis de las teorías que, o bien han legitimado la intervención, o bien la han denunciado. Este análisis lo aborda combinando la necesaria conjunción de la economía, la historia, la filosofía política y la ética. El autor, en el último capítulo, nos ofrece las conclusiones de su trabajo, resaltando en ellas la coherencia del sistema político occidental con la propia teoría económica ortodoxa, la contrario de lo que sostienen los liberales.
