La Política Europea de Transportes ha experimentado un impulso extraordinario a lo largo de las dos últimas décadas, siendo de excepcional importancia el relanzamiento de la política de transporte por ferrocarril para tráfico de mercancías y tráfico de viajeros, derivada de una decisión económica pero, asimismo, política y ambiental.
Dentro de esta nueva Política Ferroviaria ocupa una posición destacada el desarrollo de la liberalización, iniciado fundamentalmente en el año 2000 y proyectado a través de los consecutivos Paquetes Ferroviarios. La Política de Redes Transeuropeas ha venido a completar la capacidad de la Unión Europea para afrontar el gran desafío de convertir a los ferrocarriles en uno de los instrumentos económicos, políticos y sociales más importantes al servicio de la gran Europa.